¿Recuerdas el día que descubriste Instagram?
Sé que esto puede sonar un poco a batallita de abuelo porque ya han pasado muchos años. Pero si te digo la verdad, yo lo recuerdo como si fuera ayer.
Supongo que lo tengo tan claro porque fue un momento importante de mi vida. Tenía 19 años, acababa de terminar mi primer año de universidad y estaba de viaje con mis compañeros.
Y no, por aquel entonces jamás hubiera imaginado que conseguiría vivir de escribir a pesar de que me dedicaba todo mi tiempo libre a teclear. De hecho, en ese viaje llevaba a todas partes mi Kindle y cada vez que tenía una oportunidad leía Matar a un ruiseñor de Harper Lee.
Sobre todo porque lo que estaba estudiando era Derecho y Administración y Dirección de Empresas.
Yo no estaba en la que podría ser la carrera por ganarme la vida con palabras. Si te soy sincero, bastante tenía con lidiar con la necesidad de encontrarme a mí mismo y saber hacia dónde tirar.
Sin embargo, por aquel entonces yo ya tenía un pequeño blog literario en el que me encantaba publicar contenidos.
Solo era un hobby al que le daba una importancia relativa. Lo cambiaba siempre que podía por unas cervezas con los compañeros. Pero poco a poco fue tomando protagonismo.
A pesar de que hasta este punto te puedo parecer una persona muy extrovertida, siempre me ha gustado considerarme un solitario.
De alguna manera, me gusta el no encajar con la masa y tener que justificar quién soy y por qué. Me hace sentir especial, que es al final lo que todos queremos ser.
Durante ese año yo había renunciado a muchos planes de fin de semana porque quería quedarme leyendo tranquilamente en casa. Pero supongo que sí que me pareció bien dar el sí quiero al acabar las clases.
Eso, o me quedé sin excusas. Que también puede ser.
Te lo dejo a tu elección
Hicimos unos cuantos las maletas y nos fuimos a una playa. Allí, un día de piscina, un compañero me enseñó la aplicación.
Yo ya había escuchado hablar de ella, pero nunca me había metido tan a fondo. Y él, que la usaba para lo que la usaba, me mostró las opciones y me insistió en que me abriera una cuenta.
Y eso hice.
Creo que ese fin de semana fue la única vez que la empleé a modo personal.
Cuando volví a Madrid intenté adaptarla al contenido de mi blog para darle un sentido más allá de lo normal. Jamás me he sentido muy a gusto con las redes sociales a nivel personal.
Ahí comenzó todo.
Si tú también quieres utilizar Instagram en tu estrategia persuasiva como copywriter, quédate. Quiero contarte las 10 claves que te ayudarán a marcar la diferencia.
¡Genial!
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