¿Alguna vez te has plantado delante de un email sin tener demasiada idea de cómo redactarlo?
Que no te asuste admitirlo. ¡A mí también me ha pasado! Esa sensación de no tengo ni idea de qué voy a escribir.
Por ello siempre he valorado mucho el talento natural de algunos copywriters para escribir textos increíbles de la nada. Otros hemos tenido que trabajar hasta conseguir resultados.
El email marketing es una de las mejores herramientas que existen para cualquier emprendedor. Es una vía que te abre tu público objetivo y te pide que le hables.
Así que siempre he buscado la manera de hacerlo como si fueran unos amigos.
La clave está en desaprender todo lo que te han contado hasta ahora y tener muy claro que le estás hablando a una persona que conoces.
¿Cómo?
Pues mira, por ejemplo yo siempre escribo con la cara de un amigo en la mente. Me imagino que estábamos tomando algo en un bar y trato de redactar las palabras con las que hablaríamos.
Después lo reviso todas las veces que haga falta. Pero siempre tratando de mantener esa naturalidad tan importante.
Sonar natural es uno de los retos más complicados que tendrás como copywriter.
¿Sabes cuál es uno de los secretos para conseguir este efecto? Redacta emails con solo texto.
Sé que desde el principio te han hablado del poder que tienen las imágenes. Pero es que apesta a venta desde lejos.
Tu email tiene que servir para fomentar una relación mucho más cercana con el cliente potencial. Una amistad.
¡Vamos al lío, amigo!
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¡Y que la escritura persuasiva guíe tus pasos!
Este es el motivo por el que me obligo a descansar, al menos, un día a la semana... por mucho que el mundo arda.
Hoy te abro mi corazoncito para contarte por qué disfruto tanto trabajando los fines de semana. ¿Me acompañas? Pero antes, recuerda que, si todavía...
Si quieres vender, tienes que aprender a meter el dedo en la llaga. No hay más historias. Así puedes hacerlo (y vender más)