«Si todos tus amigos se tiran por un puente, ¿qué haces tú?».
Cuando llegaba a casa después de liarla y le decía a mi madre que solo había hecho lo mismo que mis amigos, siempre me llevaba la bronca igual.
—¿Y si se tiran por puente tú vas detrás?
Había muchas maneras de que me dijera lo mismo pero siempre terminaba conmigo en la habitación castigado.
Si siguiera teniendo 10 años y volviera a casa después de un día de clase, supongo que mi madre me preguntaría por lo que dicen en el mundillo del marketing.
Y yo, a estas alturas, le hablaría de lo que se cuece dentro del mercado de los lanzamientos: que dice todo el mundo que no venden.
Que algunos de los más grandes están cambiando de rumbo.
Y que yo mismo he visto números de algunos conocidos que no han estado a la altura de lo que esperaban.
Al final, el mundo del marketing y de las ventas hay dos maneras de vivirlo.
El de repetir como papagayos lo que escuchas por los rincones.
O el de ponerte manos a la obra y experimentar si es verdad.
El primero te lleva a tomar decisiones precipitadas, pero tener un mensaje muy coherente en redes.
El segundo, a posiblemente darte más de una hostia profesional, pero encontrar caminos alternativos.
Caminos que seguirás tú y también seguirá el resto.
Te doy la bienvenida a un nuevo episodio del pódcast.
Con las uvas que dieron la bienvenida a 2021 se acabó el marketing de las tragaperras.
De ese que metías 1.000 euros y salían 100.000.
Como si nada.
Parecía que apretar un botón fuera suficiente para hacerse de oro durante tiempos pandémicos.
Y por eso ahora tantas personas se han echado las manos a la cabeza.
Claro.
Aunque la pandemia sea una de las peores experiencias humanas que viviremos, para el mundo de los negocios digitales fue Navidad.
Bueno.
Navidad. Januca y el Día de Acción de Gracias juntos.
Todos tus clientes potenciales en casa y aburridos.
¿Qué más se puede pedir?
Lo raro es que no haya habido mucha más gente que se haya hecho de oro.
Sin embargo, todo ha cambiado.
Y también en el caso del cliente del que te quiero hablar.
Este pasó de tener grandes resultados en el año 2020 a pegársela a principios de 2021.
No le compraba ni su madre.
Y esto era literal.
Tuvo dos intentos de enero a Semana Santa y en ambas vendió cero patatero.
Así que tuvimos que cambiar el escenario porque hay algo que todo el mundo se ha dado cuenta este año: el corto plazo ya no funciona.
Arrancarle ventas al tráfico frío es como encontrar tréboles de cuatro hojas.
Existen.
Ojalá encuentres uno.
Pero es mejor pensar que estarás siempre viendo los de tres.
Aviso para navegantes.
Lo que te voy a contar ahora no es flor de un día.
Surge de hacer bien el trabajo durante muchos meses y después recoger los frutos.
De hecho, aunque fuera yo quien metiera mano en la estrategia y el copy, tengo menos mérito que Pepe Reina en los títulos de la Selección Española.
La tierra estaba bien sembrada, yo solo la regué por última vez.
Mira.
Del cliente del que te quiero hablar se podrían decir muchas cosas.
Muchas.
Pero sobre todo hay que entender que se encontraba en una situación complicada.
Si no vendía, se iba a paseo.
Tenía un gran producto.
Los clientes actuales estaban muy contentos y prácticamente siempre renovaban sus suscripciones.
Pero nadie nuevo entraba desde hacía meses.
A pesar de las campañas de publicidad.
A pesar de los lanzamientos.
A pesar de los eventos en directo.
No les compraba ni su madre.
Así que lo único que yo propuse fue un cambio de foco. Porque cuando tienes las piezas adecuadas, reordenarlas es muy fácil.
Si juegas con Messi, Cristiano Ronaldo y Casillas, tan solo te tienes que asegurar de que el portero no sea Messi.
Descartamos la idea de los lanzamientos de toda la vida.
Planteamos un plan a tres meses en la que calentamos al a base de datos.
Y después arrancamos con un lanzamiento que solo fuera por email.
Un lanzamiento que tenía dos listas.
La general y la VIP:
En la general te contábamos todo lo que estábamos haciendo en la VIP con un desafío.
En la VIP debatimos objeciones con cada prueba y hacíamos como si vender nos importara tres parede narices.
5 clientes.
25.000 euros.
Muchos emails.
Y un camino que hemos replicado varias veces —y que estamos innovando para 2022—.
Esto es marketing.
Ninguna.
Y esto es la leche.
Estamos viviendo una de esas épocas donde podemos experimentar.
Y sí, experimentar nos va a llevar a darnos más de una hostia.
Pero es lo que hay y con lo que tenemos que jugar.
Nos hemos acostumbrado tanto a que nos vendan el marketing y el mundo de las venetas como recetitas y planes infalibles que parece que no podemos penasr.
Y joder, debería ser siempre al revés.
Primero pensamos.
Después escribimos.
Y ya veremos cómo funciona.
Pero no puede ser que profesiones creativas como las que tenemos se pierdan en «sistemas probados» o «métodos infalibles».
Es tan absurdo y yo he sido el primero que ha buscado esta seguridad.
Pero tenemos que empezar a plantear situaciones realistas, con diferentes escenarios y con estrategias basadas en lo que sabemos y también en la experiencia.
Por supuesto que tiene sentido repetir aquello que nos ha funcionado, pero no como papagayos.
Que sea porque sabemos que en ese contexto es la mejor oportunidad posible.
Bueno.
Esta es mi opinión.
No sé cuál es la tuya, pero me encantaría conocerla.
Así que si me la dejas por aquí, estaré encantado de responderte.
Lo hago (casi) siempre en menos de 48 horas.
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